HERIDAS

Heridas

Un golpe, un corte con un objeto afilado, o una mordedura pueden causar heridas que, según su gravedad, podrían necesitar atención sanitaria inmediata. Te enseñamos cómo actuar ante una lesión de este tipo.
Hay diferentes tipos de heridas, unas necesitan una atención más urgente que otras. Su aspecto nos dará una idea de a qué tipo de herida nos enfrentamos y cómo actuar ante ellas:

  1. Abiertas: con separación de la piel. Debemos comprobar la distancia que hay de un borde a otro de la herida, y la profundidad. Si no es muy abierta, no será necesaria una sutura.
  2. Cerradas: no se observa separación de la piel, pero generalmente hay hematoma. Suelen estar producidas por golpes, y requieren una atención rápida para descartar el compromiso de algún órgano o de la circulación.
  3. Simples: alcanzan solamente a la piel sin afectar ninguna función del organismo. La persona solo manifiesta dolor local, no se queja de dolor en órganos internos.
  4. Complicadas: son extensas y profundas, con hemorragia abundante, y generalmente conllevan lesiones de músculos, nervios, vasos u órganos internos. Son muy llamativas y se reconocen fácilmente.

  • A. Según aspecto de herida.

  1. Contusa: sin bordes netos.
  2. Cortante: con bordes netos.
  3. Contuso cortantes.
  4. Punzante: arma blanca.
  5. Atrición: aplastamiento de un segmento corporal, habitualmente una extremidad.
  6. Avulsión, arrancamiento o amputación: extirpación de un segmento corporal como es el caso de la pérdida de una falange.
  7. A colgajo: tangencial a piel y unida a ésta sólo por su base.
  8. Abrasiva o erosiva: múltiples áreas sin epidermis, pero con conservación del resto de las capas de la piel.
  9. Quemadura.


                  • B. Según mecanismo de acción.

                    1. Por arma blanca.
                    2. Por arma de fuego.
                    3. Por objeto contuso.
                    4. Por mordedura de animal.
                    5. Por agente químico.
                    6. Por agente térmico.

                    C. Según si compromete otras estructuras no cutánea

                    1. Simples (sólo piel).
                    2. Complicadas (complejas): compromiso de vasos, nervios, cartílagos y/o músculos.

                    D. Según pérdida de sustancia.

                    1. Sin pérdida de sustancia.
                    2. Con pérdida de sustancia.

                    E. Según si penetra en alguna cavidad o compartimiento.

                    1. No penetrante.
                    2. Penetrante: cervical, torácica, abdominal, etc.
                    F. Según grado de contaminación
                    1. Limpias: menos de 6 h de evolución, con mínimo daño tisular y no penetrantes.
                    2. Sucias: más de 6 h de evolución, penetrantes o con mayor daño tisular.

                    G. Crónicas

                    En el caso de las heridas crónicas como por ejemplo las úlceras por decúbito, pueden clasificarse según su profundidad y compromiso de estructuras óseas y músculo aponeuróticas:
                    I    Superficial: eritema de la piel.
                    II   Piel: pérdida de epidermis y dermis.
                    III  necrosis cutánea con compromiso subcutáneo hasta aponeurosis, sin traspasarla.
                    IV  Compromiso muscular u óseo.
                    El objetivo de estas clasificaciones, es saber describir las lesiones y encontrar el mejor tratamiento para cada caso.


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